Cuando el calor aprieta no hay nada mejor que una limonada fresquita, al menos para mí. ¿ Pero qué pasa si estás fuera de casa ? Hay cafeterías donde sirven granizados naturales de limón, pero son las menos.
Yo ya tengo mi opción favorita para esos casos, o para cuando voy por la calle y me entra sed. Se llama Limón y Nada y es un refresco de Minute Maid, disponible en tres versiones: sabor original, con un toque de hierbabuena y con un toque de cardamomo.
Se diferencia de otros refrescos en varias cosas. Para empezar, no tiene gas y además contiene un 13.5% de zumo de limón concentrado. Es un producto bastante natural. Pero lo mejor sin duda es su sabor: sabe a auténtica limonada, pero recién hecha. ¿ Nunca os ha ocurrido que al hacer limonada, al cabo de unos minutos o una hora adquiere un gusto extraño ? Pues con Limón y Nada no sucede eso.
El punto de dulzor es intermedio, aunque si tengo sed a mí me gustaría que fuera algo más ácido. No se puede tener todo. Se vende en botella grande de plástico en los supermercados y también está disponible en formato de botellín de cristal para locales de hostelería.
Por supuesto, si el producto está refrigerado mejora su sabor, pero no es necesario para su conservación. Mi sabor preferido es el de hierbabuena, resulta delicioso bien frío, aunque para ser sincera, las tres versiones son de mi agrado.